Maravillosamente deslumbrante, Céline Dion continúa dejando una impresión inolvidable con cada una de sus apariciones. Su esperado regreso en la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024 no fue la excepción. En esta ocasión, la icónica cantante eligió un conjunto de alta costura de Dior, concebido específicamente por la talentosa Maria Grazia Chiuri, para sublimar su interpretación del «Hymne à l’Amour» de Edith Piaf.

Desde el segundo piso de la majestuosa Torre Eiffel, coronada por los emblemáticos anillos olímpicos y reflejando toda la magia de París, Céline Dion ofreció una actuación conmovedora. Vestida con un exquisito vestido de gasa de seda blanca, bordado con una hipnótica paleta de lentejuelas y magnificado por más de 500 metros de flecos adornados con miles de cuentas de plata, Dion parecía cobrar vida, vibrando y centelleando al ritmo de su encantadora actuación. Este modelo excepcional, completamente hecho a medida, requirió más de mil horas de trabajo, perpetuando el prodigioso savoir-faire del bordado de la Casa Dior.

Imágenes Cortesía de DIOR

El vestido de Dion, confeccionado en georgette de seda blanca, estaba embellecido con lentejuelas perforadas y franjeado con miles de diminutas cuentas plateadas, lo que añadió un toque de magia y sofisticación a su interpretación. La prenda, un modelo exclusivo y enteramente hecho a medida, encarnaba la meticulosidad y la dedicación del equipo de Dior, destacando el savoir-faire que caracteriza a la maison desde sus inicios.

El gran final de la actuación de Dion fue igualmente impresionante, ya que estuvo acompañada al piano por el compositor y director Scott Price, quien lució un elegante esmoquin Oblique negro diseñado por Kim Jones para Dior. Este dúo, en perfecta sintonía, capturó la esencia del lujo y la sofisticación, consolidando una noche que será recordada por su elegancia y esplendor.

Céline Dion y Dior demostraron una vez más que la moda y la música pueden unirse para crear momentos inolvidables. La combinación de un talento vocal incomparable y el diseño magistral de la alta costura resultó en una actuación que no solo celebró los Juegos Olímpicos, sino también el arte de la moda en su máxima expresión.